Construyamos Universidad para un Nuevo País.

PAIZ USACH
Partido de Izquierda
Universidad de Santiago de Chile

29 ene 2010

20 + 17 = 37 Años hacia la Cultura de Derecha en Chile. (Luis Jaqui Muñoz)

Calmados ya los ánimos, y viendo algunos haraquiris extemporáneos, hemos presenciado una coronación asistida, corona que cambió de cabeza pero que no cambiará nada sustancial, el 17 de enero, no hubo cambios ni transformaciones, solo el sobre azul vía elecciones democráticas de los administradores del boliche.
Este cambio responde netamente a 20 años de administración y profundización del modelo económico y social que le pavimentó el camino concesionado al triunfo del especulador de la derecha, todos estamos de acuerdo que no es cualquier derecha, sino la más neoliberal y retrograda de todo el mundo, pero esa derecha no sería cualquier derecha si no existiera una coalición de “progresistas” de centroizquierda que no difiere en nada de esa derecha tan peculiar criolla en los tópicos más importantes para el destino de una nación, tales como institucionalidad política y modelo económico.
El progresivo acomode de la concertación con el modelo heredado de la dictadura, fue moldeando una cultura no ciudadana, sino una cultura individualista, arribista, consumista, inculta, sin noción de comunidad, que busca siempre tener más a expensas del otro, donde lo solidario se recuerda cada dos años con la teletón, y lo importante es ser más parecido al millonario que ves en la televisión, o al “emprendedor” de clase media que le “pegó el palo al gato” entre tanto negocio que hubo en el periodo oscuro de nuestra historia reciente.
A todas luces es una cultura de derecha, que se basa “en el esfuerzo individual, y no en la lucha de clases” como señaló acertadamente Pablo Longueira, senador de la UDI[1]. Y es esto lo que la concertación consiguió, instaurar una cultura de derecha que se basa en el individualismo[2] como fuente de movilidad y ascenso social, porque durante estos años nunca oí hablar de cooperativismo y asociatividad a algún “progresista”, ellos prefierieron las grandes inversiones extranjeras en nuestro país, prefierieron los créditos blandos del Banco del Estado al Banco de Chile para que este comprara el Banco Edwards, otros “progresistas” prefirieron migrar de superintendencias a directorios de grandes empresas.
La clase trabajadora fue asimilando lo que le entregaban los medios de comunicación de derecha, creyó que el problema es la delincuencia y no la desigualdad en el ingreso o la falta de educación o la discriminación social. Creyó que todo se solucionaba golpeando la mesa y no debatiendo como se hace en cualquier democracia moderna. Creyó que la política la hacen los “señores” políticos y no los dirigentes sociales, mucho menos quienes los miran por televisión; creyó que la cultura es el carrete en la discoteca de moda que muestra el canal del especulador en vez de sentarse a leer un libro de Mistral. Creyó que tenemos un país de lujo, laureado por todo el mundo, que ha hecho “una revolución” en estos 20 años -dixit Lagos- de la cual yo me he perdido.
Pero lo que no muestran los medios de comunicación y que tampoco hablaron los “progresistas” durante 20 años, es que Chile aun mantiene resabios autoritarios y dictatoriales, como una Constitución antidemocrática y un modelo económico neoliberal, que juntos amparan las desigualdades, que no le permiten al estado participar activamente en la economía, que siempre beneficia a los grandes empresarios y deja a la deriva a los trabajadores y empresas pequeñas, que deja la educación al libre albedrío del mercado, los especuladores y el lucro, que abusa del medioambiente como se abusa de los intereses usureros, y un largo etcétera, por los que nunca dijeron nada estos “progresistas”.
La batalla cultural se dio en todos los frentes, y en todos ellos la derecha tuvo como un aliado faldero al “progresismo” nacional, ellos crearon medios de comunicación donde imponen su verdad, mientras el “progresismo” cerraba medios de comunicación y cortaba las antenas de las radios comunitarias, los periódicos se monopolizaron en dos grandes familias aristócratas nacionales llegando incluso a comprar los diarios regionales. Con las leyes de Pinochet que siguieron rigiendo, ellos crearon universidades privadas que son verdaderos negocios en el que los “progresistas” pusieron su parte con la subvención y el crédito con aval del estado.
Múltiples son las causas que ponen a la concertación como autor material de lo que el marketing político llamó “cambio”, sí es un cambio, y el más terrible no es el de gobierno, sino el cultural que se inició en las sombras de la dictadura y que la concertación terminó de consolidar entregándole la administración del boliche a sus propios dueños.

22 ene 2010

La Izquierda y la Oposición

Declaración pública del Partido de Izquierda PAIZ.

El triunfo electoral de la derecha no es sorpresivo ni casual. La Concertación aportó a él durante 20 años mediante le co-gobierno con la ultra derecha y la administración cómoda de un modelo injusto. La Constitución del 80 pretendía instalar un orden discriminatorio y desigual, y los gobiernos de la Concertación lo asentaron.

Planteamos claramente que la Concertación debía asumir compromisos reales por transformar el modelo económico y terminar con la herencia institucional dictatorial si quería convocar a la ciudadanía traicionada y desencantada. Nunca lo hizo y los resultados no podían ser otros.
Por el contrario, abandonó la lucha por transformar el modelo económico y recuperar la democracia. Se contentó con acomodarse a la institucionalidad autoritaria y fagocitar del estado y sus empresas.

Hoy la Concertación le deja a la derecha un país sin libertad de medios de prensa, donde la participación electoral de los ciudadanos decrece progresivamente; la educación es un negocio y los jóvenes reciben una formación vergonzosa.
La victoria de Sebastián Piñera es la consolidación de un modelo instalado por la dictadura, al terminar legitimando a un sector anti democrático y servil a los poderes fácticos. La coalición saliente maquilló democráticamente a una derecha reconocida internacionalmente por su conservadurismo a ultranza en lo moral y su ultra liberalismo en lo económico.
Es en este escenario en que la izquierda debe asumir unitariamente una posición más clara de diferenciación de este duopolio político administrador del modelo. Siendo la elección presidencial y parlamentaria el escenario más ventajoso para lograrlo, creemos que a pesar de tener un espléndido candidato presidencial, no se consiguió enviar un mensaje claro a la ciudadanía descontenta, en parte por las dificultades que significa el bloqueo comunicacional, pero también por las propias incapacidades de apropiarnos de un lenguaje actual que nos permita acercarnos al pueblo que hoy nos mira con distancia.

Creemos que la izquierda debe diferenciarse de la oposición blanda que levantará la Concertación, que desde el Parlamento sólo encumbrará temas cosméticos sin tocar el edificio institucional que amarra nuestra democracia y secuestra los derechos de los chilenos; nuestra oposición ha sido, es y seguirá siendo contra el modelo neoliberal, administrado 20 años por la Concertación y que a partir del 11 de marzo lo será por la derecha. No podemos perder el norte en nuestro objetivo: la transformación de la sociedad; por ello la Asamblea Constituyente es y debe seguir siendo un tema articulador y aglutinador de la oposición, pues es la institucionalidad actual -junto con la administración que de ella se ha hecho- una de las principales fuentes de las desigualdades e injusticias sociales, políticas y culturales de nuestro país.
Ni la victoria de Piñera, ni otro resultado electoral cambiaría en nada nuestro objetivo fundamental: trabajar por la reconstrucción de una izquierda vigorosa que se perfile como una fuerza política con vocación mayoritaria y proyección hacia el futuro, que busque restituirle al pueblo de Chile sus derechos ciudadanos, políticos, sociales y económicos fundamentales.
Queremos alcanzar una verdadera democracia, superando la institucionalidad ilegítima y construyendo un país entre todos los sectores que son parte de nuestra sociedad. Para ello, y para que nuestros compatriotas recuperen sus derechos en plenitud, es que consideramos que sin una Asamblea Constituyente nunca cerraremos la verdadera transición.
Queremos un modelo económico que proteja el medio ambiente y el bio sistema, donde el desarrollo del país vaya asociada al desarrollo de las personas, de las regiones, y de la comunidad.
Hoy, la prioridad es avanzar hacia la construcción de una propuesta alternativa al modelo, que recoja las reivindicaciones históricas del pueblo de Chile, pero también que asuma las actuales y pueda preveer las futuras.
                                                                       Partido de Izquierda , PAIZ.
                                                                                Chile, Enero de 2010.

21 ene 2010

La sociedad que queremos.

*La sociedad que queremos

Queremos la emancipación global del ser humano. El capitalismo nos arrastra a desórdenes económicos, sociales, políticos y ecológicos peligrosos para el futuro de la humanidad, peligrosos para la democracia.

La búsqueda incesante del lucro para algunos pocos genera pobreza y miseria al tiempo que profundiza las desigualdades a un nivel insoportable. Al desterrar la posibilidad de la acción pública en el ámbito económico y al debilitar la solidaridad nacional y la redistribución de la riqueza creada con el esfuerzo de todos, degrada al ciudadano y lo transforma en cliente. Al asumir y proteger la herencia de la dictadura secuestra las leyes y la Constitución privando al ciudadano de sus derechos más elementales. Al institucionalizar los privilegios para los menos elimina de una plumada el principio de igualdad y desconoce las exigencias del interés general.

Para alcanzar el objetivo de emancipación que nos proponemos, no podemos ni aceptar este sistema ni contentarnos con adaptarlo y “humanizarlo”. Debemos sobrepasarlo con otro tipo de desarrollo que le fije límites a la esfera mercantil ampliando el campo de acción pública en beneficio del interés general. Debemos proponer nuevas formas de propiedad empresarial enraizadas en los intereses nacionales, regionales y locales.

Queremos una refundación republicana de la democracia. El interés general debe imponerse por medio de la participación ciudadana. La ciudadanía, sus derechos, deben extenderse a todos los niveles de nuestras instituciones y a todos los ámbitos de nuestra organización económica, a todos los sectores de la vida pública incluyendo la protección del ecosistema, la justicia, el trabajo, la salud y la educación. El producto de nuestras riquezas básicas debe ser utilizado para el bienestar del pueblo de Chile.

Entendemos priorizar la democracia parlamentaria en oposición a la lógica autoritaria presidencialista, revalorizar el sufragio universal y fundar una nueva República en la que la consulta al pueblo sobre temas que afectan al conjunto de la nación sea la regla.

La defensa y la promoción de la igualdad de derechos, de la laicidad y de la igualdad entre hombres y mujeres deben ser un principio fundamental de nuestra República. El reconocimiento de los derechos de los pueblos originarios, de sus lenguas y de su cultura, deben estar inscritos en la Constitución democrática. Sabemos que es ilusorio pedirle al capitalismo dar pruebas de virtud tomando en cuenta el Bien Público. Cuestionamos el productivismo porque creemos en el progreso humano y social. Afirmamos la urgencia de modificar el modo de consumo y de producción forjados por el capitalismo. El desarrollo armónico de nuestras regiones, provincias y localidades debe pasar por encima de la irracional globalización que mata nuestras capacidades productivas.

Nos pronunciamos por una planificación ecológica al servicio de otro desarrollo, que proteja las riquezas marítimas y terrestres que alberga nuestro país. Queremos iniciar con urgencia la redistribución del ingreso y la riqueza, reequilibrándola en favor de la inmensa mayoría del pueblo que la produce con su trabajo, con su esfuerzo, con su inteligencia y con su dedicación.

Queremos favorecer la integración económica regional con los países vecinos, creando condiciones para avanzar en una integración política garante de paz, desarrollo y estabilidad. Queremos proponerle al país un método para el cambio social, método basado en la extensión y la ampliación de los derechos democráticos, en la educación y en la movilización popular, en el desarrollo de las organizaciones sindicales, asociativas, deportivas, culturales, cooperativas, vecinales y empresariales.

No olvidamos que el progreso social resulta muchas veces de la lucha de intereses contradictorios y de las relaciones de fuerza. La conquista del poder político al que aspiramos solo será eficaz si va acompañada de la construcción de amplias mayorías sociales y de la movilización ciudadana consciente que haga del pueblo de Chile el actor y el constructor de su propio destino.

Porqué ahora, porqué nosotros // Si no es ahora ¿Cuándo? Si no somos nosotros ¿Quién?

*Porqué ahora, porqué nosotros

Hace ya veinte años que Chile salió de la dictadura explícita y vive en un sistema que no merece el calificativo de democrático con el que se acomoda casi todo el espectro político. Hace ya veinte años que la atomización de las fuerzas de izquierda impide la creación de una alternativa al peor de los neoliberalismos. Hace ya veinte años que el mesianismo de unos y otros esteriliza las luchas y movimientos sociales y las reivindicaciones populares. Hace ya veinte años que los “líderes” rechazan toda acción cuando no son ellos mismos los que inventaron la idea.



*Si no es ahora, ¿Cuándo? Si no somos nosotros, ¿Quién?

Nosotros, el pueblo de Chile, asumimos una vez más la responsabilidad de hacer la historia, el desafío de hacer realidad los sueños, la defensa de los postergados, de los reprimidos, de los negados, de los sometidos, de los excluidos, de los explotados, de los sin derechos. Para la audacia, la inteligencia y la voluntad políticas el nacimiento del Partido de Izquierda es una libertad más y una vergüenza menos. Los dolores que quedan son las libertades que faltan. Nadie puede ser excluido de este combate: la única condición para integrar el Partido de Izquierda es la voluntad de luchar por los derechos ciudadanos.

20 ene 2010

PAIZ : Un partido un proyecto

La creación del Partido de Izquierda (PAIZ) responde a la necesidad de devolverle la esperanza al pueblo de Chile. Se trata de construir las respuestas adecuadas a la crisis del capitalismo y a la catástrofe social, ecológica y democrática que esta ha traído consigo, cambiando radicalmente de sociedad.

El Partido de Izquierda es la herramienta para derrotar a las derechas y conquistar la mayoría política en torno a un programa republicano y democrático que deje atrás la lógica capitalista.


El Partido de Izquierda propone la República Social fundada en la soberanía popular. Promueve una política ecológica basada en otro modelo de desarrollo económico, social y medioambiental opuesto al modelo productivista y consumista.

El Partido de Izquierda se nutre de las culturas políticas socialistas, de la historia de las luchas de los pueblos originarios, del combate obrero y sindical, de los movimientos latinoamericanistas, estudiantiles, feministas, antirracistas, ecologistas, laicos, racionalistas y democráticos que a lo largo de más de cinco siglos, -desde la llegada del conquistador-, le han abierto las puertas a la libertad y han hecho retroceder la tiranía.

Por sobre todas las cosas el Partido de Izquierda es una organización que mira hacia el futuro, consciente de la necesidad de construir una alternativa de izquierda a la ya larga dominación de las derechas.