*La sociedad que queremos
Queremos la emancipación global del ser humano. El capitalismo nos arrastra a desórdenes económicos, sociales, políticos y ecológicos peligrosos para el futuro de la humanidad, peligrosos para la democracia.
La búsqueda incesante del lucro para algunos pocos genera pobreza y miseria al tiempo que profundiza las desigualdades a un nivel insoportable. Al desterrar la posibilidad de la acción pública en el ámbito económico y al debilitar la solidaridad nacional y la redistribución de la riqueza creada con el esfuerzo de todos, degrada al ciudadano y lo transforma en cliente. Al asumir y proteger la herencia de la dictadura secuestra las leyes y la Constitución privando al ciudadano de sus derechos más elementales. Al institucionalizar los privilegios para los menos elimina de una plumada el principio de igualdad y desconoce las exigencias del interés general.
Para alcanzar el objetivo de emancipación que nos proponemos, no podemos ni aceptar este sistema ni contentarnos con adaptarlo y “humanizarlo”. Debemos sobrepasarlo con otro tipo de desarrollo que le fije límites a la esfera mercantil ampliando el campo de acción pública en beneficio del interés general. Debemos proponer nuevas formas de propiedad empresarial enraizadas en los intereses nacionales, regionales y locales.
Queremos una refundación republicana de la democracia. El interés general debe imponerse por medio de la participación ciudadana. La ciudadanía, sus derechos, deben extenderse a todos los niveles de nuestras instituciones y a todos los ámbitos de nuestra organización económica, a todos los sectores de la vida pública incluyendo la protección del ecosistema, la justicia, el trabajo, la salud y la educación. El producto de nuestras riquezas básicas debe ser utilizado para el bienestar del pueblo de Chile.
Entendemos priorizar la democracia parlamentaria en oposición a la lógica autoritaria presidencialista, revalorizar el sufragio universal y fundar una nueva República en la que la consulta al pueblo sobre temas que afectan al conjunto de la nación sea la regla.
La defensa y la promoción de la igualdad de derechos, de la laicidad y de la igualdad entre hombres y mujeres deben ser un principio fundamental de nuestra República. El reconocimiento de los derechos de los pueblos originarios, de sus lenguas y de su cultura, deben estar inscritos en la Constitución democrática. Sabemos que es ilusorio pedirle al capitalismo dar pruebas de virtud tomando en cuenta el Bien Público. Cuestionamos el productivismo porque creemos en el progreso humano y social. Afirmamos la urgencia de modificar el modo de consumo y de producción forjados por el capitalismo. El desarrollo armónico de nuestras regiones, provincias y localidades debe pasar por encima de la irracional globalización que mata nuestras capacidades productivas.
Nos pronunciamos por una planificación ecológica al servicio de otro desarrollo, que proteja las riquezas marítimas y terrestres que alberga nuestro país. Queremos iniciar con urgencia la redistribución del ingreso y la riqueza, reequilibrándola en favor de la inmensa mayoría del pueblo que la produce con su trabajo, con su esfuerzo, con su inteligencia y con su dedicación.
Queremos favorecer la integración económica regional con los países vecinos, creando condiciones para avanzar en una integración política garante de paz, desarrollo y estabilidad. Queremos proponerle al país un método para el cambio social, método basado en la extensión y la ampliación de los derechos democráticos, en la educación y en la movilización popular, en el desarrollo de las organizaciones sindicales, asociativas, deportivas, culturales, cooperativas, vecinales y empresariales.
No olvidamos que el progreso social resulta muchas veces de la lucha de intereses contradictorios y de las relaciones de fuerza. La conquista del poder político al que aspiramos solo será eficaz si va acompañada de la construcción de amplias mayorías sociales y de la movilización ciudadana consciente que haga del pueblo de Chile el actor y el constructor de su propio destino.
21 ene 2010
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario